jueves, 16 de febrero de 2017

EXTRAÑO AL SER QUE RETÓ AL AMOR (POEMA A MI PERRO) Por Manuel García


Extraño tu sonrisa, tus ojos grandes y tu forma de roncar.
Extraño tu pata flaca, tu lengua grande y tu forma de ladrar.

Extraño, extraño es que haya entendido tu lenguaje y que a pesar de la diferencia de especies nos hayamos hecho amigos, ¿o hermanos?

Contigo la vida me demostró que los perros son un suspiro que Dios sopló en la cara de un animal.

Tú, animal de cuatro patas y corazón niño bueno, me enseñaste que todas las criaturas están hechas para abrazar, para amar, para dormir con el amigo a lado.


Tú me demostraste que es cierto el dicho que sí se muere de amor.

Tú desafiaste a la raza humana, que asegura que el animal solo vive satisfaciendo su instinto por el interés de comer.

Tu vida no fue en vano, la prueba es que te estoy escribiendo estas palabras.
Tu vida no fue en vano si por siempre que me encuentre en el camino a uno de tu especie yo lo amara.

Tu vida sorprendió a la mía, y yo soy el razonable, y yo soy el que es imagen de Dios.

Ahora sé que el perro es un amigo, pero como buen compañero da lecciones de vida, aún sin querer darlas.

Contigo demostraré que sí hay lugar para los perros en el cielo.

Porque Dios no es indiferente a la injusticia. ¡Y qué más injusticia que la de ser perro en un mundo de hombres bárbaros. 
¡Y qué más injusticia que morir de amor y no ser reconfortado por el mismísimo SER que nos inyectó de amor!

No hay comentarios:

Publicar un comentario