domingo, 9 de octubre de 2022

LA UTOPÍA DE REZAR EL ROSARIO EN LAS ESCUELAS: ¿DEBO INSCRIBIR A MI HIJO EN UNA ESCUELA CATÓLICA? por Mayra Villanueva

En colegios católicos directivos de las primarias (Elementary School) han puesto a rezar a los niños el Rosario. Yo fui una alumna que lo realizó. 

Hoy sé que eso fue “un lujo”. Un lujo realizar este devocionario de lunes a viernes, a primera hora, ocho am, cuando las escuelas argumentan “no tener tiempo para pequeñeces”. En los ajetreados días laborales los institutos que navegan con la bandera católica argumentan mil quehaceres; las directivas minimizan, por ignorancia, los beneficios de esas 50 AvesMarías

Hoy, a la distancia, puedo asegurar que mis compañeros (con los que todavía tengo contacto) y yo, somos personas que valoramos el haber tenido una formación educativa acompañada de la práctica de orar. Cada día, cada mañana, Un Rosario antes de comenzar nuestras labores. ¡Guau!

Después de tres décadas mis cómplices de salón y yo estamos de acuerdo en que el rezo del Santo Rosario nos aminoró el bullying, la neurosis, la apatía, las groserías y todo lo negativo que claro que existe en los pasillos y aulas de una primaria.


Hoy, quizás en una especie de nostalgia, nos acordamos que: SÍ ÉRAMOS MÁS INOCENTES A LOS NIÑOS DE AHORA, respetábamos a los mayores, las reglas y era casi un pecado decir alguna grosería. 

En un mundo utópico, imagínense que en todas las escuelas obligarán a los niños a rezar el Rosario de lunes a viernes, claro, alguien podría alegar que existen muchos quienes después de asistir a una institución “de curas o monjas” terminan odiando todo lo que huela a Iglesia Católica, pero yo me atrevo a poner en duda que, si se fomentara la devoción y amor a María, el 90% de los estudiantes en un futuro no alucinarían a toda nuestra Iglesia en la adultez. Después de un periodo de vacío, siempre se vuelve a ella. Como me pasó a mí.

Porque María es un Ser que no fastidia. Porque María volvería a recordarles (como me pasó a mí) que fuimos niños que la invocamos, que la mencionamos con nuestra pequeña boca, que, en nuestros pequeños labios, al igual que aprendimos a escribir, aprendimos a bendecir. 

Si usted tiene hijos, y está pensando en inscribirlos a una escuela católica, hágalo donde recen diario el Rosario, si no, no lo haga; porque ahí, sabe usted, no estará Nuestra Santa Madre pisoteando al enemigo. Sí, en una primaria (católica o no) pasan mil y una cosas malas; ¿por qué?, porque no hay en ese lugar el ARMA ESPIRITUAL más efectiva para combatir al adverso. 

Y si por desgracia no encuentra un colegio así, entonces considere la idea de rezar un Rosario en su casa con sus hijos aún pequeños (pequeños significan niños de 3 a 6 años. Edades significativas para comenzar a crear hábitos.). 

Porque recuerde que LA RELIGIÓN SE MAMA, no espere que sus vástagos tengan devoción a María, si usted, ni nadie les inculcó en su infancia. Si lo lleva a un colegio católico donde “sólo llevan el nombre” y no las bases espirituales para no perdernos en el mundo entonces sí, al final terminarán odiando a nuestra Iglesia.

Volviendo a LA UTOPÍA DE REALIZAR UN ROSARIO DIARIO EN TODAS LAS ESCUELAS PRIMARIAS, me atrevo a asegurar que bajaría el índice de acoso escolar, suicidios, peleas, y posiblemente nuestros hijos serían más inteligentes con las ciencias humanas; porque es verdad, el ROSARIO hace que nuestra mente se rejuvenezca, que las telarañas que hay en nuestra cabeza se quiten. 

UN ROSARIO es una limpieza espiritual, pero también psíquica, porque la indiferencia, el rencor, el egoísmo, la agresividad vienen de nuestra retorcida mente y esta retahíla de padrenuestros y avesmarías, hacen que se despeje de nuestro cerebro esos negativos sentimientos. Y si así fuere, quizás de la mente de el del pupitre de al lado (sea nuestro amigo o enemigo).

NO digan que no se puede, no digan que interviene en la formación académica de los niños cuando ya vimos que sí se puede, que dedicarle 45 minutos al día a esta devoción mariana es y sería UNA FORMACIÓN VERDADERAMENTE INTEGRAL PARA NUESTROS HIJOS.

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