viernes, 1 de noviembre de 2019

EL SUFRIMEINTO ANIMAL ME RECUERDA EL DOLOR QUE LA VIDA NOS PUEDE TRAER Por Mayra Villanueva


Es mi recordatorio de que el mundo tiene sufrimiento.
Es mi recordatorio de que el débil sufre ante el fuerte. 

La vida nos trae, lo que parece por suerte, destino o azar: llanto y dolor.

Una enfermedad, un accidente, una caída, nos puede cambiar la vida y también con ello traer dolor.

Al ver sufrir a los perros, por ejemplo, me recuerda que todo ser vivo tiende al dolor en esta vida. Si por los perros fuera, ellos buscarían y se quedarían en los lugares donde tengan seguridad, comodidad, paz y armonía. ¡Como nosotros los seres humanos!

Al ver llorar a un perro; ya sea por hambre, porque extraña a su perro, por soledad, por dolor físico, porque lo atropellaron, me impacta, me viene a la mente que Dios nos hizo iguales, que nos hizo con un físico que siente, que tenemos un cuerpo, un cerebro un sistema nervioso, huesos, un sistema digestivo que nos pueden provocar sufrimiento, dolor y enfermedad.

Como el video que circuló en Facebook sobre un canino que atora su pata en un basurero y llora de dolor; al ver esto, compruebo que los animales también pagan el precio de estar en este mundo, "pagan el precio de estar vivos".

Algo que nos asemeja, pero a la vez nos diferencia de ellos es que los perros tienen "una memoria flexible"; nuestro cerebro registra los hechos y los almacena; y según sea el impacto para nosotros es que estaremos registrando un trauma.

Nosotros, en cuestiones de traumas somos muy necios para olvidarlos, quizás los bloqueamos pero quedan ahí. Pero lo que nos diferencia de los animales es que ellos "olvidan rápido", se adaptan a nuevas circunstancias de la vida; no necesitan de un psicólogo para superar el dolor emocional o físico. La mente humana tiende a ser más terca en eso de olvidar el pasado

Por eso y muchas cosas más NO me gusta ver sufrir a los perros, me recuerdan que yo también puedo ser vulnerable ante el dolor.

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