sábado, 10 de febrero de 2018

ESA SENSACIÓN DE APROPIARSE DE LA PARROQUIA Por Manuel Adame


Quien haya permanecido por muchos años en cualquier grupo parroquial me entenderá. Quien sepa que no es lo mismo estar del otro lado del altar también. 

Para muchos católicos es normal “solo ir a misa” los domingos y acercarse a la iglesia cada que hay una boda, XV Años o bautizo.

Pero, ¿Ir a misa es como ir al teatro? No, no lo creo. 

Cuando solo te acercas a la Eucaristía como cualquiera que se acerca al cine; a veces muchos de nosotros (católicos), vamos a la iglesia y “nos sentimos como extraños”, sin la confianza como para sentirnos “en nuestra propia casa” y vemos a los que hacen la colecta, a los del coro, como parte de la parroquia.

Cuando uno formó parte de un grupo juvenil, como en mi caso, “Jornadas”, había la sensación de que entrabas a la parroquia como el mejor actor entra arriba del escenario y se apropia de este. 

En mi caso íbamos a Jornadas los domingos de 5 a 7 de la tarde y entrábamos a misa de 7 a hacer las lecturas de la misa; esa pequeñez, si ustedes lo quieren nombrar así, te hacía sentir diferente, "como parte de la orquesta", como apropiarse de un lugar en el que de otra forma tristemente solo terminas siendo espectador. 

Sirva mi testimonio para las personas que se paran en misa como simples espectadores; en teoría todos deberíamos participar y meternos en la misa con toda la fuerza y devoción. Nadie debe sentirse excluido, nadie tiene porque creer que va a ver un show.

Esto me pasó en Estados Unidos; después de rezar el rosario, las señoras que lo organizan me pidieron que les ayudara a regresar la imagen de la virgen de Guadalupe a la sacristía; esa sensación de caminar por los pasillos de la iglesia, (no cualquier iglesia, era la Catedral de Chicago), subir por las escaleras de altar y entrar a la sacristía, esos segundos, esos instantes, me recordaron mis mejores momentos, mis mejores años en Jornadas.

Quiero compartirles lo anterior, porque quizás tú seas un buen católico practicante, pero que jamás te hayas imaginado todo lo que significa hacer las cosas para Dios en su propia casa. He escuchado varios testimonios de sacerdotes católicos que descubrieron su vocación empezando ayudar en la parroquia de sus barrios.  Sé de monaguillos que decidieron meterse al seminario porque tuvieron la experiencia de ayudar en los altares.

Por eso, si tú puedes entrar a cualquier grupo que tu parroquia esté ofertando, o que puedas integrarte a cualquier actividad que se haga en la iglesia de tu colonia, no lo pienses e intenta vivir esta experiencia.
Verás que no es lo mismo solo asistir como "espectador a misa". Después de integrarte en alguna actividad, verás que ya nada será lo mismo

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