martes, 2 de enero de 2018

Crítica de la película "La Estrella de Belén" Por Manuel Adame


La cinta es una excelente clase de catecismo para los niños de todas partes del mundo. A pesar de que los escritores se toman “algunas libertades”, estas no afectan para nada la verdad histórica y por consecuencia no alteran en nada nuestra fe.

Siempre nos quejamos que los niños “no salen” de sus teléfonos celulares, tabletas, o que no dejan de enajenarse con los superhéroes de Marvel. “La Estrella de Belén” es una excelente opción para que nuestros hijos la puedan ver en sus vacaciones.

Aunque fue estrenada a propósito de la Navidad, The Star, por su nombre en inglés, podría verse en cualquier época del año, no necesariamente en el mes de diciembre.

Esta historia está basada en el nacimiento de Jesús; y cómo María y José tuvieron que salir de Nazaret para ir hasta el poblado de Belén,pues tenían que empadronarse, pero la narrativa tiene como hilo conductor un burrito que trabaja en un monótono molino de trigo.


El argumento de la historia comienza así:

Nueve meses antes del nacimiento de Cristo, un ángel visita a María diciéndole que ella dará a luz al mesías. Un ratón llamado Abby escucha la conversación y le cuenta a los otros animales mientras una estrella empieza brillando intensamente en la noche.

Tres meses después, un burro joven está cansado de moler trigo y desea unirse a una caravana ambulante para sentirse importante. Su padre lo ayuda a escapar del molinero que los posee y termina con un tobillo lesionado en la casa de María y José, que acaban de tener su cena de bodas. María adopta al burro y lo nombra Booz, Bo para abreviar, y le revela a José que está embarazada, con José aceptando la situación de María después de orar a Dios. 

Durante este tiempo, Bo y su amiga, la paloma Dave, planean escapar a pesar de la bondad de María, pero terminan quedándose seis meses más.

Hay una breve semejanza en el “burrito” que busca la libertad, el reconocimiento y la avetura con nosotros como seres humanos. 

A veces, o siempre, queremos pertenecer a “caravanas reales”, estamos hartos de ser exclavos del pecado, de la monotonía de la vida, miramos por la ventana y sabemos que hay algo más allá afuera.

Sabemos muy en el fondo de nuestro corazón que fuimos creados para algo grande.

Bo nos recuerda al asno de Shrek, y Dave, la paloma, a la gaviota torpe pero alcahueta de La Sirenita

       
                                                                     

















Es importante recalcar la análogía que hay de nuestras vidas a la del burrito de molino que anhela su libertad. 

En nuestra vida “de humanos” desgracidamente nos rebajamos a convertirnos,  no físicamente, sino espiritualmente en exclavos del trabajo, estamos esclavizados a un horario, a una rutina, a un jefe injusto y a vivir por por vivir sin siquiera poder disfrutar de la vida.

Este burrito tierno tiene muy claro qué va a hacer con su libertad, tiene pensado unirse a la Caravana Real para así sentirse y ser parte de algo importante, y el sentimental final quizás ya lo conocemos: 
Termina un humilde Burrito trasportando al Rey de Reyes 

¿No podemos viajar, conocer gente nueva o rehacer nuestras vidas como lo hace el animal en esta cinta?

Es uno de los claros mensajes de “La Estrella de Belén” le dará a nuestros hijos. 

Una lección que todos los cristianos debemos tener en cuenta. Que, por muy cursi que se lea, fuimos creados para ser libres, para ser felices con esa libertad.

En México, las cadenas de cine más importantes del país (que son Cinemex y Cinépolis) colocaron esta película en sus principales salas de toda la República Mexicana, y cómo no lo iban a hacer si detrás de este producto audiovisual está el respaldo y las manos de la empresa estadounidense Sony Pictures Animation quien tiene su lugar en la industria, quizás no en el primer lugar en cuanto a películas de dibujos animados se refiere, pero sí en la industria del entretenimiento.

¡Pues un milagro!, sí, un milagro que una historia que es compatible con nuestros valores católicos nos venga de Hollywood y se haya estrenado “en las grandes ligas”.

Es de aplaudirse que los productores le siguen apostando a “las viejas historias”, ya que la historia del nacimiento de Jesucristo es muy difícil de abordar, es muy complejo aportarle características nuevas a la verdad histórica de la Navidad para que la narrativa, ya conocida por todos, pueda despertar el interés de las nuevas generaciones.

Si usted es creyente, luche para que sus hijos vean este tipo de contenidos, que si bien los entretendrán, también les estará dando una buena clase de cómo, cuándo y bajo qué contexto nació Jesús. Vemos cómo era la vida en aquella época, que la biblia describe como “la plenitud de los tiempos”, se muestra cómo eran las casas, los oficios, de qué vivía la gente en aquellos días, las calles y los gobiernos.

Pero si cree que la historia es solo para niños, no es así; una persona la puede disfrutar a cualquier edad, pero garantizado que un niño de 3 a 9 años la va a disfrutar al máximo.

LA ANIMACIÓN

Sony Pictures no es una potencia en cuanto a películas de animación se refiere. Su único éxito ha sido “Hotel Transilvania”. Su último fracaso fue en el verano (de este mismo año 2017) con “The Emoji Movie”. Pero “The Star” (2017) es un proyecto digno que compite acertadamente con todas las películas de su tipo.  

A veces es refrescante tener en la pantalla grande elementos básicos; es decir, no tantos efectos especiales, ni naves extraterrestres. En ocasiones lo simple se vuelve disfrutable.

Hemos escuchado por todos lados que la gente se queja de las historias de narcotraficantes que hay en la series y películas que ahora están muy de moda, pero cuando llega un producto audiovisual como “La Estrella de Belén” esa misma sociedad no acude a verla.

Es necesario que usted primero aprenda a explorar en la web para que sepa elegir qué tipo de historias usted y sus hijos invertirán dinero y tiempo en ver. Es muy delicado “llevar por llevar” a los niños al cine sin antes entender cuál es el mensaje y quien es el mensajero.

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