jueves, 16 de febrero de 2017

Y LA UTOPÍA LLEGÓ A LA SILLA DE SAN PEDRO Por Manuel Adame


Tal vez en un mundo imperfecto Dios quiso llevar a Jorge Mario Bergoglio al papado.

Tal vez el cielo lleno de santos oró para que un ser humano llevase en su espalda la vara de Pedro.

Tal vez Dios así lo planeó, al ver al mundo tan convulsionado. Tal vez la perfección de lo obispos nunca exista en un mundo material.

Tal vez la perfección en el 2013 está solamente en la mente utópica de una monja fervorosa que elevó su oración al Dios de Adán, de Noé, de Moises, al de Abraham, de Isac y de Jacob.



Bergoglio; el menos santo entre los santos,
el menos humano entre los humanos, 
el menos argentino entre los argentinos,
el menos ambicioso entre los ambiciosos.
Y María logró que las órdenes Satánicas, Masónicas e Illuminati no colocaran a sus secuaces en el trono de la Iglesia de su Hijo.

Y la utopía llegó a la silla de San Pedro

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