María no es una diosa porque ella fue creada como mujer cuando Dios cumple con su designio en la amenaza que dio a la serpiente en que pondrá enemistad entre el enemigo y la mujer.
"Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar." (1)
Recordemos también cuando Cristo le dice a su madre en las bodas de Caná:
“Mujer todavía no ha llegado mi hora” (2)
Y en la cruz:
“Mujer ahí tienes a tu hijo” (3)
La palabra "Mujer" escandaliza, porque hoy es una palabra tomada como sensual, pero en la escritura antigua recordemos que se dice:
"El hombre inventó la escritura hace..."
Es decir, hablamos de "hombre" pero refiriéndonos a la raza humana; así también, con María se habla de "mujer" pero definiéndola como "Ser humano femenino"
Recordemos que por una Mujer entró el pecado en el mundo (Eva) y por una mujer entró la Luz al mundo (por el cuerpo de María llega Jesús a la tierra). Las profesías del pueblo Judío siempre proclamaron que una virgen daría a luz a un hijo varón que vendría a salvar al mundo.
María cubre los tres amores de una mujer (ser humano) en la vida terrena.
"El hombre inventó la escritura hace..."
Es decir, hablamos de "hombre" pero refiriéndonos a la raza humana; así también, con María se habla de "mujer" pero definiéndola como "Ser humano femenino"
Recordemos que por una Mujer entró el pecado en el mundo (Eva) y por una mujer entró la Luz al mundo (por el cuerpo de María llega Jesús a la tierra). Las profesías del pueblo Judío siempre proclamaron que una virgen daría a luz a un hijo varón que vendría a salvar al mundo.
María cubre los tres amores de una mujer (ser humano) en la vida terrena.
El primero es el amor de una niña a su padre y de un padre a su hija, por eso en el rosario se le menciona “Hija de Dios Padre”.
El segundo amor de un ser humano es el de “el noviazgo”, María es “esposa de Dios Espíritu Santo”.
Y el último amor (por orden cronológico) es el de ser madre, el de tener un hijo, María es Madre de Dios Hijo, y así se cumple el círculo de la vida.
Ella se vuelve en su amor por nosotros porque porque es Madre de la humanidad y de la Iglesia.
El segundo amor de un ser humano es el de “el noviazgo”, María es “esposa de Dios Espíritu Santo”.
Y el último amor (por orden cronológico) es el de ser madre, el de tener un hijo, María es Madre de Dios Hijo, y así se cumple el círculo de la vida.
Ella se vuelve en su amor por nosotros porque porque es Madre de la humanidad y de la Iglesia.
María está unida en el Antiguo Testamento con el Génesis, y unida al Fin de los Tiempos porque es la Mujer del Apocalipsis:
"Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza." (4)
María está en la vida de Cristo y por discernimiento hemos concluido que La Sangre de Cristo es la Misma que María pues una madre le hereda la sangre a su hijo desde el vientre.
Los eruditos en Mariología dicen que María es intercesora y medianera, porque intercedió por la pareja de novios de Caná, ¡Los que se quedaron sin vino en plena boda!
"Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza." (4)
María está en la vida de Cristo y por discernimiento hemos concluido que La Sangre de Cristo es la Misma que María pues una madre le hereda la sangre a su hijo desde el vientre.
Los eruditos en Mariología dicen que María es intercesora y medianera, porque intercedió por la pareja de novios de Caná, ¡Los que se quedaron sin vino en plena boda!
Pero hay un paralelismo entre la joven pareja que se queda sin vino y Adán y Eva que es también una "pareja que también se quedó sin vino" hablando metafóricamente.
Entonces María es orgullosamente HUMANA y en el CIELO TAMBIÉN tiene todas las características de un ser humano transformado en la Gracia de Dios.
(1) Génesis 3-15
(2) Juan 2, 1-11
(3) Juan 19, 25-27
(4) Apocalipsis 12:1
(1) Génesis 3-15
(2) Juan 2, 1-11
(3) Juan 19, 25-27
(4) Apocalipsis 12:1
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